viernes, 8 de junio de 2012


ROMPIENDO PARADIGMAS


“Tímido, solitario y apasionado” estas son las tres palabras que con mucha seguridad utiliza Luis Eduardo Posso para describir su personalidad, sin saber que las dos primeras no concuerdan mucho con la descripción que dan los demás sobre él.


Luis, o ‘yeyé’ como le dicen muchos, en especial su familia -por alguna anécdota familiar que poco recuerdan-, sale todos los días de su apartamento en el sur de Cali con ropa que no está muy acostumbrado a usar, algo elegante para el estilo ‘rockero’ y descomplicado que ha tenido desde que recuerda.  

Luis es abogado y su trabajo actual como auxiliar jurídico en la procuraduría general de nación de la misma ciudad, lo obliga a vestir de esa manera.

Además de abogado, Posso o Possito, como también lo llama mucha gente, especialmente sus amigos, es como él dice -con una risa burlona y un brillo particular en sus verdes ojos- “una estrella de rock”. En realidad podría decirse que es así, o por lo menos una estrella de rock en proceso.

El ambiente musical en el que creció hizo que Luis desarrollara ese gran gusto y buen oído por la música que posee. La mayor influencia que tuvo fue un tío que era un amante del rock, el jazz, el blues y la disco. “Él tenía una colección de discos EP, desde niños escuchamos con mis primos los álbumes más emblemáticos de Pink Floyd, AC/DC, KISS, Survivor, Europe, Alice Cooper, Metallica y hasta el mismo Nirvana. Nos alocábamos a saltar encima de la cama con un par de raquetas de tenis clásicas de madera de nuestras madres imaginando ser una estrella de rock”.

Ese gusto no se quedó solo ahí, desde muy pequeño su interés por tocar alguna clase de instrumento musical se hizo evidente. Ya a los 4 años pertenecía a la banda de guerra del colegio, tocando el redoblante, a los 7 años recibió un piano como regalo de navidad, y después de un tiempo quiso tocar la guitarra y el bajo. “Mi padre me regaló el bajo cuando tenía 12 años, fue tal vez el mejor regalo de mi vida. Siempre me pareció muy interesante tocar” dice Luis.

De forma empírica desarrolló una gran habilidad tocando la guitarra, pero sobre todo tocando el bajo. De esta forma ingresó como bajista a ‘Altazor’, la primera banda en la que tocó: “tocábamos cover’s a bandas de rock en español, comenzamos con eso porque teníamos un conocimiento muy básico de la música, después de uno o dos años con ellos comenzamos a tocar cover’s a bandas de heavy metal más imponentes, después de aproximadamente 7 años no muy continuos con ellos, grabamos un disco”.

Después de este pequeño reconocimiento, en su ciudad natal, Ipiales, y en todo el departamento de Nariño en general, la ‘comunidad metal’ comenzó a llamarlo y solicitarlo para formar parte de varios proyectos musicales y dándole la oportunidad de pertenecer por corto tiempo a bandas como Meguido, Hell Fire, Nigthmare, Ragnarok y Lanzeloth, todas de Nariño. 

La entrada a la antes mencionada ‘Lanzeloth’, una banda con una trayectoria musical de más de 8 años, en ese entonces, le abrió muchas puertas como músico. 

Desde ese momento ha sido convocado para tocar en bandas como Mandragora, Witchcorpse, Desdenia, Adartia, Persefone, Rock Toon’s y Determinación, bandas de gran renombre a nivel nacional y algunas a nivel internacional, además de participar como invitado en grabaciones de bandas como Dark Empire, Alas de Fuego, Resistencia al Olvido (RAO), The Countess Erzebeth, Legend Maker, Terra Sur e Introspección.

Es algo extraña la mezcla de roles que Luis vive a diario, como su novia dice en un tono algo irónico: “Estrella de rock y abogado, una combinación bastante interesante y fuera de lo común en una sociedad tan ‘normal’ como la colombiana”.


“Se sorprenden mucho, la gente no me cree que soy abogado, hay compañeros de trabajo que se asustan cuando yo por cierta razón saludo a metaleros en la calle, si alguien quiere sacarse una foto conmigo, soy muy relajado con eso,  a veces dicen que estoy loco pero me considero muy normal, me gusta la buena música, me gusta tocar, y no entiendo que tiene de malo si llevo tatuajes y camisa y corbata a la vez” dice Luis.

Muchos se preguntan por qué él no estudió música en vez de derecho, la respuesta no es complicada, sus padres no le dieron un apoyo en ese sentido. “Para ellos la música no me va a dar un futuro de éxitos, y es cierto, en Colombia es  muy complicado sobrevivir siendo músico” explica.

Antes de iniciar su carrera de derecho, estudió arquitectura, proceso en el cual tuvo algunos inconvenientes, en ese entonces su futuro le importaba muy poco, fue una “época de descontrol”, como Luis le dice. 

“Un día mi padre me dio a elegir entre si quería seguir desperdiciando mi vida en alcohol y drogas o si de verdad quería ser alguien en mi vida, elegí el camino de ser un abogado, una profesión que, como digo mucho, todo el mundo debería conocer, y profesión que supuestamente es de respeto en esta sociedad prejuiciosa” afirma.

Su padre, el motivo de muchas de sus buenas decisiones, es la mayor influencia que Luis tiene en su vida, y como dice, la mayoría de las cosas las hace pensando en él.

“Papi, yo soy profesional de la música y como hobby soy abogado” entre risas y con algo de orgullo cuenta su padre, Eduardo Posso, la forma en la que su hijo se describe a sí mismo.

Las personas que se mueven en el ámbito musical tienen un gran círculo social y tienen la oportunidad de conocer diferentes lugares y culturas. Luis no es la excepción, conoce gran parte de Colombia, y en todas las partes en las que ha tocado tiene amigos y una puerta abierta a donde llegar.

Esto lo podría afirmar el manager de ‘Lanzeloth’, Fernando Estupiñán, que describe a Luis Eduardo como él, al igual que muchos más, lo ve: “Como persona es un tipo muy centrado en sus cosas, es divertido, espontaneo, como todo muchacho de su edad (23 años), profesional y muy buen ser humano. Como artista es un verdadero expositor del rock, un buen músico, con gran talento en una tarima. Reflejando así la gran persona que es”.

“Mucha gente en la oficina es incrédula sobre muchos anécdotas y lugares que he conocido gracias al rock, a fin de año puede que con ‘Determinación’ haga una gira por todo el continente americano” señala Luis con emoción.

Su sed de conocer nuevas cosas es prácticamente insaciable pues como dice: “uno nunca deja de aprender”. Le gustaría estudiar y profesionalizarse en la música, grabación, composición, masterización y producción. 

Además sueña con ir a Europa, por su riqueza histórica y cultural, y a Japón pues dice que las bandas que pisan esa isla son el trampolín a la fama y el dinero.

Lo que pocos saben sobre esta ‘estrella de rock en proceso’ es que le apasionan el futbol -haciendo todo lo posible por ver los partidos que quiere- y la historia, ya que le interesa conocer y saber de dónde venimos y por ende para donde vamos, sin anticiparse a un futuro, pues dice que lo único seguro es que por nada ni nadie se alejará de la música.

“Estar con mi familia y mis amigos, tomarme un buen whiskey, y escuchar buena música” Luis ve esto casi como la perfección.


Claro que no todo es tan perfecto como suena, como en todos los aspectos de la vida, hay dificultades, pero nada grave. “He tenido algunos problemas personales porque mi novia es muy celosa y ella cree que estoy con todas las mujeres del mundo, con mi familia por que se asustan de que pueda caer en las drogas, y con algunos amigos por cuestiones de tiempo en ensayos o grabaciones, pero nada fuera de lo común”. 


La determinación y seguridad con las que Luis hace todo en su vida son un claro ejemplo de cómo se puede lograr lo que se desee, con esfuerzo y decisión.

Aun cuando Luis es visto con cierta extrañeza por la fusión entre seriedad y rebeldía, cada vez son más los que lo aceptan tal y como es, rompiendo con los paradigmas que la sociedad tantas veces impone.

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